2/4/09

Cuando creo que más daño no me sabes hacer, reapareces. Se que me quieres, me cuidas, proteges…. Pero eres dueño y señor de la facilidad en mis lágrimas. Eres la gran luz de mi vida, mi camino, mi señor… eres tú y lo sabes, la locura que me hace sonreír incansablemente. Y tal vez ese sea el motivo, la única razón, de que mis males, contigo saben mucho peor. Dolor de pecho, clavándose desde la espalda, puñal inconsciente, pero también matas. Ya no importa dónde ni como… si en cada sueño que orgullosa te pido que me ayudes a cumplir es inevitable que tu me despiertes. Me haces ver, y al ver caer, unas escaleras sin querer nunca subí y siempre bajé. Mi amor es infinito para ti, pero cada lágrima me sabe un poco más amarga. Aunque me duela, supongo que no importará, si hago lo que tu deseas, lo que tu prefieres para mí, lo que mas te enorgullezca… ya se me pasará.

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