Estaba completamente aturdida. Era como una extraña mezcla alcohólica de costumbre y cansancio que amargaba mi boca. Un cóctel más que no terminaba de encajar en mis gustos, contradictoriamente: era adictivo y narcotizante. Yo permanecía de espaldas frente a un espejo, aunque eso no pareció importarle. Alzó su copa de vino a modo de saludo y, con una mirada fría y austera, rebotó del reflejo de cristal a mis ojos, y mi mirada, seria y sorprendida la recibió con un parpadeo que viajó hasta los suyos.

Carta de una loca a su amigo en el dia de su cumpleaños

Querido “amigüito” mío!
Estaba pensando en el tiempo que llevo sin verte… espero que te gustaran las poesías que te envié por e-mail, venían con un archivo adjunto ¿lo has abierto? ^^ Se llamaba virus-code.ZIP espero que si lo hicieras… al aceptarlo se descargaba una carpeta, te diste cuente, ¿no? Que hacías doble clic y la pantalla se pixelaba cada vez más hasta quedarse en negro, cierto?
Hace demasiado tiempo que no respondes mis cartas ¿te ha pasado algo malo? No se… a lo mejor te has caído por las escaleras, te has roto un pie o abierto la cabeza, esas cosas pasan…
Te has bañado últimamente en tu piscina?^^ lo digo por que la ultima vez que fui… te hice un favor y le eché un producto químico para que se le murieran los bichitos… creo que se llamaba…ácido sulfúrico!
No puedo evitar reír al pensar… recuerdas el día de tu cumpleaños? Que bonita fiesta sorpresa… menos mal que solo estábamos tu y yo… por que seguro que cualquiera de tus “súper amigos” hubiese evitado por todos los medios que pusiera aquellas cuchillas en la piñata, tendrían la misma ridícula idea de todos los años: putos caramelos. ¿Qué gracia tiene eso? :S
Y el momento en el que te pedí que vinieras a mi casa? Jajajaja… dejé la puerta abierta y cuando entraste: ¡SORPRESA, FELICIDADES! De ahí la foto que te adjunto… que carita se te quedó, más mono tú que nadie ^^


Insisto… hecho de menos una de tus cartas… y tu peculiar forma de empezarlas : “Orden de alejamiento por el juzgado nº…”

Sueños, contrastes, falta de color. Todo camelado dentro de un tono irónico convencional. Neutral ante cualquier decisión sobre lo ajeno, dejaban de importarme las noticias. Jugaba a sentarme sobre el cemento, al sol… en pleno invierno. Y si alguien me miraba y preguntaba –que te pasa?- la respuesta por excelencia era el más cortés de los –Nada- . Pasee sola durante un largo rato, viendo en el autobús a una pareja besarse. Y recuerdo como olvidé los malos momentos, los grandes desastres… fue un sueño, un contraste, falta de color… maravilloso blanco y negro que duró varias sonrisas, camuflado bajo el nombre de beso, ayudaba a que pasaran rápido las horas. Por las noches jugaba a las verdades y mentiras, historias entre yo y cualquier otro alguien… con total convencimiento, pero miedo por otra parte, a que me preguntaras sin pudores, y yo te contestara con detalles.


pregúntame, háblame... y lo siento si contesto.

De vez en cuando pasan estas cosas. Pasas tiempo esperando. Y la espera se convierte en un simple descanso. Y cuando más convencido estas de que así es mejor que de cualquier otra manera llega algo. No tiene por que ser ajeno… suele ser de tu mismo entorno… De vez en cuando pasan estas cosas, la rutina de sonreír y salir a solas. De vez en cuando pasan estas cosas… alguien te mira a los ojos y sin saber por qué deseas darle un beso. Piensas constantemente… ¿Cómo no me había dado cuenta? Se tenían delante el uno al otro, pero eso no había sido suficiente. Un sentimiento que estaba demasiado escondido y no quieren admitir. Pasas tiempo esperando. Y la espera se convierte en un simple descanso. Y cuando más convencido estas de que así es mejor que de cualquier otra manera llega algo. De vez en cuando pasan esas cosas, y tomando un par de copas te decides a arriesgarlo… da el paso: beso, tortazo, abrazo, hostia… se miran de nuevo, por que de vez en cuando pasan esas cosas y dos personas se acaban enamorando.

Cuando creo que más daño no me sabes hacer, reapareces. Se que me quieres, me cuidas, proteges…. Pero eres dueño y señor de la facilidad en mis lágrimas. Eres la gran luz de mi vida, mi camino, mi señor… eres tú y lo sabes, la locura que me hace sonreír incansablemente. Y tal vez ese sea el motivo, la única razón, de que mis males, contigo saben mucho peor. Dolor de pecho, clavándose desde la espalda, puñal inconsciente, pero también matas. Ya no importa dónde ni como… si en cada sueño que orgullosa te pido que me ayudes a cumplir es inevitable que tu me despiertes. Me haces ver, y al ver caer, unas escaleras sin querer nunca subí y siempre bajé. Mi amor es infinito para ti, pero cada lágrima me sabe un poco más amarga. Aunque me duela, supongo que no importará, si hago lo que tu deseas, lo que tu prefieres para mí, lo que mas te enorgullezca… ya se me pasará.

[i]Quiero, ya que tengo valor, ser además caradura. Quiero tenerte delante, y darte un beso, y cuando pares y respires sonsacarte que le tienes celos al aire. Quiero salir a la calle con la sonrisa perfecta, quiero mirar hacia un lado y verte embobado, y que repitas siendo pesado… que te mire y te lo dedique de nuevo. [b] Rebosarme en tus recuerdos, Antes de ser parte de ellos, Transformarte transparente, Y no morirme de celos[/b]. Quiero, mira que poco me pido, ser yo día tras día, quiero no maquillarme e ir despeinada ya sea noche o de día… y que aun sin “embellecerme” conseguir que no te resistas. Quiero ser capaz, poco a poco, instante a instante, de que cada vez que me mires te sientas sin quererlo menos distante. [b] Es que no tengo remedio, Da igual si te veo, Tu ausencia me asusta, Y si estás, tengo miedo. [/b]Quiero, que locura la mía, que sin esforzarme por ello, simplemente siendo yo misma, un día me mires a los ojos y sientas que algo cambia. Quiero, que tu solo te des cuenta, que nadie te diga nada… que casi sin quererlo… seas cada vez más sincero. Quiero que lo compartas, y una vez admitido me confíes tus secretos y miedos. [b] Qué hacer con mi vida, Si estoy hasta el cuello, Quiero dormirme tranquila, Y no morirme de celos. . . Y no morirme de celos. . . Y no morirme de celos. . . [/b][/i]

No quise ni pararme a pensar… en si yo realmente lo creía cierto o no. Por el momento, eso bastaba. El mero hecho de haberlo escuchado me resultaba suficiente. Sonreírle a modo de respuesta, sabiendo a ciencia cierta que el contestaría con un brillo en los ojos importaba en ese instante… casi tanto como el aire. Descubrí, en el primer cruce de miradas… que lo diría todo, respiré profundo y le hice aquel regalo. Olvidé el tic-tac de mi muñeca izquierda, y antes de que me diera cuenta… era lo suficientemente tarde como para pensar en despedirte. Y aunque, repito…. No quise pararme a pensar, cerré los ojos, pensé en lo que me dijo… y me despedí de la forma más dulce que pude. Pero… por más que los intenté callar, mis ojos le gritaron TeQuiero de tal manera… que mi voz les tubo que acompañar.