2/4/09

No quise ni pararme a pensar… en si yo realmente lo creía cierto o no. Por el momento, eso bastaba. El mero hecho de haberlo escuchado me resultaba suficiente. Sonreírle a modo de respuesta, sabiendo a ciencia cierta que el contestaría con un brillo en los ojos importaba en ese instante… casi tanto como el aire. Descubrí, en el primer cruce de miradas… que lo diría todo, respiré profundo y le hice aquel regalo. Olvidé el tic-tac de mi muñeca izquierda, y antes de que me diera cuenta… era lo suficientemente tarde como para pensar en despedirte. Y aunque, repito…. No quise pararme a pensar, cerré los ojos, pensé en lo que me dijo… y me despedí de la forma más dulce que pude. Pero… por más que los intenté callar, mis ojos le gritaron TeQuiero de tal manera… que mi voz les tubo que acompañar.

No hay comentarios: